Plan de recuperación de desastres, del simulacro al incidente real.

Cómo un DRP bien planificado permitió volver a operar en tiempo record.

En el mundo de la ciberseguridad, es común lidiar con desafíos inesperados. Hoy quiero compartir una historia que, a pesar de un comienzo complicado, nos llena de alegría y satisfacción. Es un recordatorio de por qué hacemos lo que hacemos en Madrygal Ciberseguridad.

Hace unos meses, tuvimos el privilegio de comenzar a trabajar con un cliente, una empresa manufacturera exportadora de primera línea que entendía la necesidad de modernizar su infraestructura tecnológica. Partían de una base sólida, con personal IT propio pero necesitaban una infraestructura más resiliente y preparada para el futuro. 

Juntos, nos embarcamos en un viaje de transformación. Realizamos un Assessment, un análisis de riesgos exhaustivo, identificando sus vulnerabilidades y prioridades. Diseñamos una solución personalizada de corto, mediano y largo plazo, que transformó su configuración básica de servidores físicos en un entorno virtualizado robusto. Implementamos un esquema de backup, y creamos un plan de recuperación ante desastres (DRP) detallado y paso a paso, claro y preciso, que podría ser fácilmente ejecutado. También establecimos dos centros de datos separados dentro de sus instalaciones, pensando en la contingencia absoluta y mitigando riesgos fisicos.

Y es que, en el mundo de la ciberseguridad, casi siempre, la mayor victoria a la que aspiramos es un empate: lograr evitar la catástrofe, mantener los sistemas funcionando y minimizar el daño. Nunca es un partido ganado con un ataque bloqueado en el último segundo, porque en realidad, la verdadera victoria está en no tener que llegar a esa situación límite.


Recientemente, recibí una llamada de este cliente: "Tengo dos noticias, una buena y una mala", comenzó. La mala era que habían experimentado un incidente: una tormenta extraordinaria había provocado una filtración de agua que llegó al rack y así a uno de sus servidores principales, causando un cortocircuito. Si bien lamenté el incidente en sí, lo que siguió me llenó de un orgullo inmenso.

"Pero...", continuó, "siguiendo al pie de la letra el DRP que crearon, pudimos restaurar las operaciones de nuestra planta industrial a plena producción en tan solo 15 minutos". ¡Quince minutos! 

Gracias al trabajo realizado y al DRP, pasaron de un potencial desastre a la continuidad operativa en un abrir y cerrar de ojos. Ese empate se convirtió en una victoria porque minimizamos el impacto a cero.

En el mundo de la ciberseguridad, casi siempre, la mayor victoria a la que aspiramos es un empate. Lograr evitar la catástrofe, mantener los sistemas funcionando y minimizar el daño. Nunca es un partido ganado.

Esta experiencia destaca la importancia crucial de la planificación y la preparación en el mundo de la ciberseguridad. No se trata solo de prevenir ataques (que, por supuesto, es esencial), sino también de estar listos para responder con rapidez y eficacia cuando ocurre lo inesperado. Un DRP bien diseñado no es solo un documento, es un salvavidas.

Es inmensamente gratificante saber que nuestro trabajo ha marcado una diferencia real y tangible para nuestros clientes. Su éxito no es solo su éxito, sino una confirmación de nuestra misión en Madrygal Ciberseguridad.

"Siguiendo al pie de la letra el DRP que crearon, pudimos restaurar las operaciones de nuestra planta industrial a plena producción en tan solo 15 minutos". ¡Quince minutos! 

Suena sencillo hablar de "recuperación rápida", pero ¿qué significa eso en términos reales? 

Para poner en perspectiva el valor del plan de recuperación implementado con nuestro cliente, consideremos el escenario opuesto: sin DRP y las modificaciones de infraestructura, el mismo incidente (la inundación del único DataCenter) habría tenido consecuencias devastadoras. 


Estimamos que la recuperación, en ese escenario, habría tomado al menos tres días frente a los quince minutos de inactividad que tuvieron. Esto implicaría:

- Reemplazo de hardware: Adquisición, configuración e instalación de nuevos servidores físicos (mínimo 36 horas).
- Restauración de datos: Recuperación de la última copia de seguridad, que probablemente sería de 12 o 24hs atrás, lo que implicaría una importante pérdida de información reciente (al menos 12 horas mas).
- Configuración y pruebas: Reconfiguración del sistema y pruebas exhaustivas para asegurar su correcto funcionamiento (mínimo 24 horas).
- Pérdida de productividad: Un total de tres días de paralización de la planta industrial.

Para una empresa de esta envergadura, tres días de inactividad representan una pérdida económica mas que significativa. Además, hay que considerar el impacto en la imagen corporativa y la pérdida de confianza de los clientes por el retraso en las entregas.

La inversión en ciberseguridad proactiva y un DRP sólido se tradujo en una protección invaluable para el negocio de nuestro cliente.


Deseamos que este caso real sirva de inspiración para otras empresas que buscan fortalecer su postura de seguridad y prepararse para lo imprevisible. No esperen a que ocurra un incidente para empezar a planificar. Con la planificación adecuada, la inversión en tecnología resiliente y el apoyo de expertos, es posible superar cualquier desafío y proteger lo que más importa: su negocio y su tranquilidad


El Assessment como Punto de Partida
Planificación vs. Reacción como estrategia de Ciberseguridad